La nueva ley de tasas judiciales
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La conocida como Ley de Tasas Judiciales, la reciente Ley 10/2012 por la que se regulan determinadas tasas en el ámbito de la Administración de Justicia y del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, ha dado tela que cortar. Toda decisión adoptada por un Gobierno tiene su perspectiva política, toda perspectiva política tiene luego su visión social… y —obviamente— cualquier visión depende del espejo o cristal desde el que se mire… Ahora mismo todo tiene una proyección política, comentemos lo que comentemos siempre se termina deduciendo, —o a eso se tiende—, cuál es la inclinación política de nuestro interlocutor.
Ya no hay más, hay que pronunciarse a favor o en contra, porque el término medio parece que pasó a mejor vida. Hay opiniones para todos los gustos, aunque suenan más las voces discordantes que critican y cuestionan la constitucionalidad de la ley… Pensando en este tema recordé que una vez leí en Internet —si no es así que me disculpen los entendidos en la materia, porque la filosofía es una de mis asignaturas pendientes— que Aristóteles sostenía que la virtud es un justo medio entre dos extremos. Personalmente, no tengo claro si esta Ley es virtuosa, si es posible exigir a nuestros legisladores un mayor esfuerzo para volver al término medio. Ya es hora.
Pepe Moreno me entrevistó hace unos días acerca de este mismo tema, en el espacio CONSULTORIO JURÍDICO de ABC PUNTO RADIO TENERIFE, y cuya grabación podrán escuchar a continuación: