Hablando un poco de Transparencia
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La experiencia de la comunicación es extraordinaria. A nosotros nos permite estar al tanto de la calle, salir de nuestro despacho y en la medida de nuestras posibilidades, contribuir a mejorar el conocimiento —siquiera superficial—, de la gente en relación a esas cuestiones que les preocupa. Además, desde el punto de vista profesional, nos descansa por un rato de labores cotidianas y su tedio. Nos permite mejorar. Qué raro oír tu propia voz grabada. Qué distinto a cuando te oyes mientras hablas y retumban en el coco tus palabras. Imaginándolas graves y profundas. Rara tu voz y rara y profunda respiración. Creo que ya me he acostumbrado.
Andar sobre la cuerda floja de la comunicación y el lenguaje críptico de lo jurídico, tiene su cosa. Añádele intentar ser crítico en lo justo. Un lío del que se aprende. Bueno, a tajo. A lo que voy: Manteniendo la temperatura de mi fiebre por la transparencia, el otro día en el espacio jurídico que Manolo Artiles reserva los martes a eso de las 9:30 en su “Despierta Tenerife” en Teide Radio hablamos de Transparencia. Con la “n”, que le da un toque.
El desinterés de los ciudadanos por los asuntos públicos, su desconfianza frente a quienes gobiernan y sus instituciones con la corrupción es todo uno. La transparencia es uno de los bálsamos que calman la opacidad, la desidia del ciudadano y la desconfianza. No lo es todo pero es una parte importante para recuperar una democracia dormida. Pues de eso hablamos, de transparencia que no de “tramparencia” que es cosa distinta. Aquí te dejo el corte de mi voz, extraña para mí, midiendo el paso para mantenerla en la cuerda de la comunicación.