La Contratación del Sector Público; una oportunidad para las pymes
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Aunque creo que ya lo he dicho en alguna ocasión anterior, la contratación del sector público supone un 18,5% del producto interior bruto de España. Ya lo sabes, renunciar a estos contratos es renunciar a una buena parte del mercado. Con el impulso de las Directivas europeas, las pymes (pequeñas y medianas empresas) lo tienen más fácil para ser contratistas de la administración.
Desde hace muy poco, para poner en contacto a pequeños emprendedores que se dediquen a una misma actividad y que en su conjunto puedan alcanzar las condiciones que se les exigen en los pliegos de contratación, se prevé la posibilidad de que puedan darse de alta en el Registro Oficial de Licitadores. Se ha habilitado la posibilidad de que la garantía pueda constituirse mediante retención en el precio y se han acortado los plazos para la devolución de garantías, pasando de doce meses a seis meses en caso de que la empresa adjudicataria sea una pequeña y mediana empresa. Se ha establecido expresamente la prohibición de discriminar a favor de contratistas previos en los procedimientos de contratación pública y se declaran nulos de pleno derecho los actos y disposiciones que otorguen estas ventajas.
Además, para reducir las cargas administrativas que tienen que soportar las empresas en los procedimientos de contratación administrativa, la documentación exigida para acreditar que cumple las condiciones para licitar será sustituida por una declaración responsable indicando que cumple las condiciones legalmente establecidas para contratar con la Administración.
En breve, con la Ley de Impulso de la Factura electrónica, hoy en tramitación, se eliminará la exigencia de clasificación para los contratos de servicios el informe de instituciones financieras como modo de acreditar la solvencia económica y financiera, que se acreditará poniendo en relación el patrimonio de la empresa con el valor del contrato.
Seamos positivos. Sin dejar de pensar en la realidad de las cosas y el reconocido vicio de nuestras autoridades y poderes adjudicadores de restringir por los más diversos métodos el círculo de contratistas públicos, éstas y otras novedades “obligadas”, y las que están por venir con igual orientación, son una oportunidad. Pensemos en el sector público como un sector lleno de potenciales clientes a los cuales ahora podremos llegar.