Derecho Administrativo

Supervillanos del Derecho de Acceso a la Información Pública

por Rafa Camacho y Juan Carlos Melián

¡Carajo, el tiempo pasa! Hace unos años, el 18 de octubre de 2016, creamos, medio en broma medio en serio —digámoslo eufemísticamente—, “una experiencia colaborativa” con la que pretendimos explicar esos otros enemigos invisibles del Derecho de Acceso a la Información Pública, distintos de los que anidan en las causas de inadmisión o en los límites que se plasman en la Ley, a los que dimos forma y nombre de supervillanos, concretamente Los Supervillanos de la Información Pública. “Del Derecho a Saber al Derecho a conocer” la subtitulábamos.

La antigua Serie Supervillanos de la Información Pública

Primera Serie de Supervillanos

Cultura de la transparencia

Así lo hicimos en la convicción de lo necesario de impulsar un esfuerzo adicional de difusión y que este derecho permeara en nuestra sociedad para hacerla mejor, más exigente con los poderes públicos y solidaria con el conjunto de la ciudadanía, en tanto que promovía el ejercicio de un derecho aún poco conocido en el grueso de la sociedad. Ya desde entonces, y hoy también, la falta de una cultura de la transparencia nos parecía el principal hándicap al que nos enfrentamos.

Objetivo: Difusión

Con aquella serie pensamos que logramos sobradamente el objetivo de difusión que nos había animado. El haber compartido en distintos formatos el material gráfico, permitió, además, que otros tomaran el relevo y usaran a los Supervillanos para explicar esas dificultades no muy evidentes del Derecho de Saber pero que en la práctica constituyen muros insalvables que entre todos tenemos que derribar.

Herramientas

Las herramientas de las que nos servimos se advertían rápidamente, en los textos y en las imágenes: tono irónico, el humor y por qué no decirlo, una llamada a ese niño o niña que todos llevamos dentro de cuando nos entretenían boquiabiertos los comics y dibujos animados. Mira que nos reímos y le dimos cuerda a aquello de que “el pdf es el gotelé de la transparencia”.

La nueva Serie Supervillanos del Acceso a la Información Pública

Preparación

Desde aquel invento ha pasado ya suficiente tiempo como para poner al descubierto nuevos Supervillanos del Acceso a la Información Pública. A pesar de ello, como buenos españolitos procrastinamos. Hemos estado mareando la perdiz (como hace Burocratio) y cuando nos preguntaban “¿para cuándo más Supervillanos?”, preferíamos hacer como Incomprensit y dar respuestas pomposas dignas de un directorucho gafapasta de tercera que parlotea sin entenderse a sí mismo.

Colaboradores

Ya no hay ninguna excusa, al contrario. Los poderes públicos y nuestros representantes, unos más que otros, han colaborado y contribuido activamente a coronar otros nuevos límites invisibles del Derecho a Saber merecedores de otra nueva serie: “Nuevos Supervillanos del Derecho de Acceso a la Información Pública”.

También ayudó a poner en marcha esta nueva serie la contumaz insistencia de amigos como Anabel Beltrán Gómez (@Anabelbeltrg) y Joaquín Meseguer (@MeseguerYebra), que han conspirado activamente en esta broma tan seria desde su creación. Sospechamos que porque saben mejor que nadie lo que nos jugamos con la Transparencia.

La fase infantil

Y es que los primeros Supervillanos tenían un cierto aire naif, casi infantil, de dolencias de un derecho prácticamente recién nacido. El derecho de acceso adolecía de claridad en la respuesta, de facilidad de acceso y de trámites, de acostumbrarse a su uso. Y la persona que se acogía a él necesitaba dejar de sentirse como el maleducado preguntón en la mesa de la (malentendida) corrección social, el torpe incorregible en la fila de los neerds, el iletrado obligado a ser leguleyo en un mundo de abogados y jueces armados de normas incomprensibles y trámites farragosos.

Y es que los primeros Supervillanos eran, sobre todo, un grito de protesta para reclamar que se facilitase a las personas el ejercicio de un derecho en el que, por definición y por salud democrática, han de ser protagonistas.

En efecto, la mayoría de los primeros Supervillanos no eran sino el reflejo de un derecho en fase de desarrollo y mejora, y de una Administración que tenía los mismos vicios con éste y con el resto de derechos y, por tanto, lo mismo que mejorar en su conjunto.

La fase adulta

Pero los Nuevos Supervillanos no son así. Estos reflejan la cara que nos han querido mostrar nuestros responsables públicos. Ya no veremos tantos vicios de la costumbre o errores de diseño, sino más bien aviesas intenciones, disimuladas a veces sí y a veces no, para que la información pública siga siendo de unos pocos y no de todos, o que para cuando sea de todos tenga tan poca frescura que ya carezca de valor.

Los Supervillanos se destapan

A este punto hemos llegado después de un lustro largo de desmanes y desatinos, que un bichito microscópico ha servido para poner en el foco informativo. El coronavirus, la Covid-19, ese maldito bichito, no ha hecho más que poner la atención informativa y de la sociedad en una serie de cuestiones que antes pasaban por alto para el común de los contribuyentes, pero que se sucedían con el mismo descaro y tal vez mayor frecuencia que ahora, pero ha sido mucho más fácil verlo estos meses, cuando todos los ojos miran hacia el mismo punto.

Y es que los Nuevos Supervillanos nos están vacilando desde hace años, que no te la cuelen. Lo que pasa es que ahora se han creído inmunes y les resbala lo que pienses de ellos, los mires como los mires: del derecho o del revés, de frente o por la espalda, por babor o por estribor.

Publicaciones de la Serie Supervillanos del Acceso a la Información Pública

A partir de hoy iremos presentándote semanalmente a cada uno de estos malandrines (esta vez las chicas son mayoría), representantes cada uno de ellos de distintas modalidades de Villanía. Eso sí, por apunte de un experto en malos y malas, Francisco Javier García Pérez (@FJ_GarciaPerez), les hemos mejorado la titulación y ahora todos y todas son doctores y doctoras (no nos preguntéis por qué Universidad porque lo sabéis). Y es que un buen malo para ser bueno siendo malo, ha de ser estudiado, y bachiller, grado o licenciado nos parecía poco; mejor, un doctorado.

Cartel de los nuevos Supervillanos

* Descargar el cartel en versión pdf.
* Descargar en pdf la versión en vertical.

Índice de la Serie Supervillanos de la Transparencia

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